Por Lic. Giovanni Morillo
El autor es abogado y comunicador
En la historia de la humanidad, los pactos han constituido una forma como las personas expresan sus deseos, muestra de ello podemos observarlo en la época del Imperio Romano, en la cual el concierto de voluntades entre las partes, sin usar necesariamente el signo de la escritura, era una obligación que irremediablemente tenía que cumplirse.
El famoso vocabulario jurídico de Henri Capitán, a la hora de referirse a un pacto expresa: “En general, trato, contrato, convención entre dos o más personas”. Nuestro código civil en su art 1102 establece que un contrato es sinalagmático o bilateral, en la cual las partes se obligan recíprocamente. Todo esto afirma la obligación de respetar el mismo.
Los actores políticos deben acudir a la historia, que tiene como objeto de estudio, el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales.
Los hechos son vitales en esta ciencia, es por ello que si recreamos un pasaje histórico, la noche del 10 de agosto 1994, los dirigentes del PLD , el Partido Reformista y los hombres que integraban el Acuerdo de Santo Domingo se reunieron en el Palacio Nacional para firmar el Pacto por el Respecto de la Constitución y por la Gobernabilidad, el cual también fue firmado, en calidad de testigos por los más altos representantes de la Iglesia Católica y de la Sociedad Civil, texto leído a toda nación. El aspecto más relevante consignaba no permitir la reelección consecutiva.
La historia vuelve repetirse, el 14 de mayo 2009, el presidente Leonel Fernández y el Ingeniero Miguel Vargas Maldonado firmaron un acuerdo a las 11: 15 de la mañana en el hotel Jaragua, cuyo aspecto más transcendente fue impedir la reelección presidencial: El llamado Pacto de las Corbatas Azules.
En estos momentos en la opinión pública, la reelección es el tema más controvertido, pues cada día más sectores cercanos al gobierno proclaman al presidente Leonel Fernández como candidato para los comicios a celebrarse en el 2012.
Para muchos Leonel es más discípulo de Balaguer que de Juan Bosch. Todo esto nos lleva a formularnos la siguiente pregunta ¿Respetará Leonel el Pacto de las Corbatas Azules igual que como lo hizo Joaquín Balaguer con el doctor José Francisco Pena Gómez? ¿Se llevará del Derecho Dominicano, de influencia romano-germánica, la obligación del respecto de un acuerdo?.
Esperamos que el presidente Leonel Fernández no priorice los intereses grupales, sea prudente y tome una decisión a favor del pueblo dominicano.
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