Todos los dominicanos sabemos que este país ha sido soltado en banda, como dicen los niños cuando vuelan chichigua o los llamados papalotes.
Los dominicanos nos henos hecho famosos por hacer fraude. Todo lo alteramos para conseguir nuestros propósitos. Muchos nacionales han logrado la residencia americana preparando hasta bodas falsas. Se altera la cédula para cambiar de identidad, se alteran las actas de nacimiento para ir al consulado, los prospectos a peloteros y sus mentores cambian las edades para engañar a sus futuros equipos, se venden las pruebas nacionales en los centros educativos con la participación de técnicos del ministerio de Educación, se alteran los análisis del desayuno escolar para expresar a la opinión publica que el alimento escolar que reciben los niños es nutritivo.
Los medios de comunicación han llegado a reseñar que hasta los que se dedican al mundo del narcotráfico venden polvo talco en lugar de cocaina. Imagínese usted.
En estos días la Dirección General de Aduanas desmanteló un laboratorio que fabricaba medicina falsa para distribuirlas en las farmacias.
Todo lo narrado anteriormente esta mal, pero muy mal. Ahora lo que resulta inaceptable es que las autoridades de un gobierno, llamadas a poner el ejemplo, hagan todo lo contrario desde las posiciones que ostentan por mandato libérrimo del pueblo dominicano.
Se ha denunciado que determinados funcionarios alteran las estadísticas de sus dependencias para decir que el país avanza en determinado sector cuando todos los nacionales vemos y percibimos que eso no es posible.
Ahora mismo se habla del milagroso crecimiento económico de la República Dominicana. En la realidad sólo vemos crecimiento en los dirigentes políticos que se apropian del patrimonio de la nación.
Es justo afirmar que muchos empresarios tradicionales también han logrado gran crecimiento económico; sin embargo hay estadísticas que afirman que sólo el 30% de los dominicanos disponen de un trabajo formal, el resto subsiste con trabajos informales, las remesas que reciben del exterior o pidiendo ayuda a los amigos y relacionados. Entonces, ¿ De dónde se han inventado el cacareado crecimiento económico de la República Dominicana?
Ahora nuestro país es abatido por un nuevo problema: El Cólera. Reconocemos el extraordinario esfuerzo que viene realizando el ministro de Salud Pública, Dr. Bautista Rojas Tabar. Pero lamentablemente como dice el refrán " Una golondrina no hace verano”. El ministro se empeña en demostrar que no hay abundantes casos de cólera en nuestro país, casi estamos seguros que las estadísticas relativas a la enfermedad no son las reales.
El gobierno no permitiría que se conozca la verdad. Esto es sumamente peligroso por cuanto la población indefensa podría descuidarse del peligro que acecha y ser impactada terriblemente por la negligencia de las autoridades.
Lo sucedido el fin de semana pasado , en la celebración de una boda en Capcana donde más de un centenar de personas se infectaron, y la actitud asumida por las autoridades nacionales de pretender disminuir lo sucedido, pone de manifiesto el peligro que nos acecha.
Es preciso que se comprenda que una de las mejores formas de enfrentar esta epidemia es con la transparencia y la verdad. Decir la verdad por encima de todas las cosas. Recordemos siempre esa inmortal frase del filosofo griego Pitágoras quien decía: "SED AMIGO DE LA VERDAD HASTA EL MARTIRIO"
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