Las masivas protestas dejan a Mubarak al borde de la caída

Como primer ministro ha sido designado Ahmed Shafiq, general y hasta ahora ministro de Aviación Civil, puesto desde el que ha dirigido el proceso de modernización de los aeropuertos del país. Como piloto de combate sirvió en varias contiendas bélicas contra el estado de Israel, entre ellas la del Yom Kippur en 1973.

 

El discurso de anoche del presidente egipcio, Hosni Mubarak y los cambios de gobierno que ha realizado este sábado no han logrado calmar los ánimos de sus compatriotas, que se han vuelto a echar a la calle en muchas ciudades de el país, como El Cairo y Alejandría.


Mubarak, que anoche tomó la decisión de cesar a todo el Gobierno aunque él, a sus 82 años, no piensa dimitir, ha adoptado una medida sin precedentes. Ha nombrado vicepresidente a Omar Suleiman, de 74, el jefe de los servicios de inteligencia de Egipto -considerado el jefe de inteligencia más poderoso de los países de la zona- y que le disputaba la carrera hacia la Presidencia al propio hijo de Mubarak, Gamal.


Es la primera vez que alguien ocupa este puesto, que había estado vacante desde que Mubarak llegó al poder en 1981, una situación que planteaba un serio problema en caso de que al presidente le ocurriera algo. "Juro preservar el régimen democrático republicano y la Constitución, los intereses del pueblo, la estabilidad de la patria y la integridad territorial", ha afirmado Suleiman, cuyo juramento ha sido retransmitido por la televisión estatal.


Como primer ministro ha sido designado Ahmed Shafiq, general y hasta ahora ministro de Aviación Civil, puesto desde el que ha dirigido el proceso de modernización de los aeropuertos del país. Como piloto de combate sirvió en varias contiendas bélicas contra el estado de Israel, entre ellas la del Yom Kippur en 1973.


Estos nombramientos -calificados de insuficientes por El Baradei-, se producen después de que el Gobierno egipcio, encabezado por Ahmed Nazif, haya presentado su renuncia, pero no quieren decir que vayan a celebrarse elecciones anticipadas. Según un portavoz del Parlamento, la fecha de los comicios se mantiene en septiembre.


Riesgo de saqueos


Estos gestos no han calmado la situación y en la capital egipcia se vive un estallido popular. Miles de opositores al régimen tomaron la plaza de Tahrir, epicentro de las protestas, donde siguen bien entrada la noche, a pesar de que el toque de queda entró en vigor a las 16:00 horas (una hora menos en España) y se extenderá hasta las 08:00 del domingo. Al grito de "Mubarak, vete" o "Los que aman a Egipto que no lo destruyan", decenas de miles de manifestantes rompieron retratos de Mubarak en el corazón de la capital a pesar del toque de queda. "Ni Mubarak ni Suleimán", grita la multitud. Entre ellos se encuentra Oussama que advierte que "Suleimán es el hombre de Mubarak y no refleja un signo de cambio".


El portavoz del Ministerio de Defensa ya ha advertido de que las Fuerzas Armadas actuarán para garantizar la seguridad y ha pedido refuerzos militares para evitar los saqueos, que se multiplican por la noche, ante la ausencia de policía. Los ciudadanos se han armado con palos y cuchillos para defender sus casas y pertenencias.


Las protestas se han sucedido a lo largo del día y la policía se ha empleado a fondo para impedir que algunos entraran en el Ministerio del Interior. Según han confirmado fuentes de los servicios de seguridad, tres personas han muerto en este enfrentamiento. Otras ocho personas han fallecido en la cárcel de Abu Zaabal, donde los presos han aprovechado el caos reinante en la ciudad para intentar fugarse y la policía ha actuado contra ellos. También deja al menos 17 de víctimas la protesta en Béni Soueif, a 140 kilómetros al sur de El Cairo. La cifra de víctimas mortales durante este sábado se eleva a, al menos, 33 personas, según fuentes sanitarias y de seguridad.


Entre el tumulto, algunas personas irrumpieron en el Museo Egipcio y destruyeron dos momias faraónicas, según declaró el arqueólogo de Egipto. El museo, en el centro de El Cairo, que tiene la mayor colección mundial de antigüedades faraónicas, colinda con las oficinas centrales del gobernante Partido Nacional, a las que manifestantes prendieron fuego el viernes. El museo, un edificio de dos plantas construido en 1902, aloja decenas de miles de objetos en sus galerías y almacenes, incluyendo la mayor parte de la colección del faraón Tutankamón.


Pese a estos incidentes y a las bajas -más de un centenar de muertos en todo el país y miles de heridos desde que comenzaron las protestas, según fuentes sanitarias-, los ciudadanos van ganando fuerza y un oficial ha asegurado que el Ejército les apoya.


"El Ejército está con vosotros para derrocar a Mubarak. Lo habéis hecho y lo volveréis hacer. Todo Egipto está unido", ha asegurado el militar a través de un megáfono. Mientras tanto, los ciudadanos corean gritos de: "¡Abajo faraón Mubarak!".


Ahmed Ibrahim, uno de los manifestantes, ha asegurado a ELMUNDO.es: 'La gente ha abandonado sus casas para salir a la calle. Le pedimos, por favor, a Mubarak que renuncie y se vaya a Arabia Saudí. Nunca volverás a ser nuestro presidente'.


En las protestas hay gente de todos los estratos sociales y religiones que se gritan contra el presidente egipcio. Algunos, como una mujer que va cubierta por el niqab, portan pancartas con un mensaje muy directo hacia Mubarak: 'Vete'.


"Esta es la última noche de Mubarak en Egipto", sentenció Tarek Mahmud, dentista, que añadió: "Nadie en Egipto quiere que Mubarak siga en el poder, queremos cambio y lo queremos rápido, Egipto tiene que poder pensar y hablar por si mismo".


A su lado, su amigo Ahmed Mohamed Jalid descansaba la pierna enyesada sobre el césped y mostraba su satisfacción por la presencia del Ejército en las calles de la capital: "La lealtad del Ejército es para con la gente, no hacia Mubarak", apostilló.


En medio de los gritos proferidos contra Mubarak, los manifestantes han aprovechado también para celebrar el funeral de una de las víctimas y han paseado el féretro por la plaza y otras calles.


Consecuencias del 'viernes de la ira'


Tras la convulsa jornada de protestas del viernes, con, al menos, medio centenar de muertos, la situación en Egipto continúa siendo tensa: la Policía que custodia el Parlamento ha hecho varios disparos al aire para intentar dispersar a un grupo de personas que pretendía irrumpir en el complejo, mientras han proseguido los saqueos.


Carros blindados incendiados, calles cortadas y la sede del gobernante Partido Nacional Democrático (PND), devorado por las llamas por un incendio que estalló durante las protestas es el paisaje de la ciudad, como señal de la clara descomposición del régimen que se vive desde las últimas horas.


Un grupo de violentos atacó en la noche del viernes varios hoteles, provocando destrozos, entre ellos el conocido hotel Ramses. En dos barrios de la capital, fueron liberados varios presos durante el asalto a las dependencias de la policía.


Mubarak dice que siempre ha estado con la gente

Tras permanecer varios días en silencio, Mubarak compareció anoche para lanzar un mensaje a la nación y aseguró que él siempre ha estado "muy cerca de las peticiones de la gente" y que respeta lo que "los manifestantes piden".


Mubarak ha lamentado la pérdida de "vidas de inocentes" durante las revueltas, más de medio centenar en todo el país, según el último balance. Pero ha pedido a los egipcios que no se dejen llevar por los "malos ejemplos dados por algunos", porque "hay una fina línea entre la libertad y el caos".


Con la intención de calmar la situación, Mubarak ha anunciado que se van a tomar nuevas medidas económicas para reducir el desempleo y mejorar la Sanidad y la Educación.


Ni el toque de queda ni la promesa del presidente de cambiar el Gobierno han sacado a los egipcios de las calles ni acallado su clamor para que haya un cambio total del régimen que está vigente desde hace 30 años.


El país vive un momento decisivo, pendiente de si Mubarak presenta su dimisión. "El momento más importante para Egipto viene ahora", reflexionó Jalid, que, afirmó con resolución: "Nos quedaremos aquí hasta que Mubarak se vaya".

 


 

 

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