El País, bajo el derroche de sus Finanzas Públicas

Dr. Ismael Reyes
Dr. Ismael Reyes

Por  Dr. Ismael Reyes

Presidente de Partido Demócrata Institucional PDI


El desorden que exhibe el presente gobierno con el dispendio de los recursos públicos que administra, alcanza niveles de bochorno, por lo que el pueblo dominicano debe levantarse, y decir: ¡BASTA  YA!  Presidente Fernández.


Ningún jefe del Estado dominicano había llegado tan lejos en el manejo irresponsable de los dineros  que se le cobra al pueblo a través de impuestos, y que este gobierno dilapida como si fueran dineros de la fortuna personal del Presidente, o de la herencia recibida, si este hubiese sido miembro de una familia millonaria.


El gasto corriente del presente gobierno se está tragando el 48% del total del ingreso que hoy tiene el Estado, y es porque el dinero se gasta en una nómina pública de manera vergonzante, gastándose  tres (3) veces lo que deberíamos gastar, si redujéramos el pago de nomina al número de empleados  que en realidad trabajan.


El llamado “clientelismo político” al parecer ha cegado al Presidente de la República, porque él no está mirando que en algún momento tendrá que responder como ex-administrador de la cosa pública, por permitir y fomentar tantas “Nominillas” y tantas “Botellas”, mientras se niega a entregar el 4% que por Ley le corresponde a la educación dominicana, y mientras permite que los hospitales carezcan de medicina, de equipos y de materiales para atender la salud del pueblo.


El Presidente Fernández creó una cosa que se llama “Despacho de la Primera Dama”, que hoy gasta once (11) veces más dinero, que lo que se gastaban las oficinas de las esposas de los anteriores Presidentes.


El pasado año 2010,  el ya famoso “Despacho de la Primera Dama” reportó un gasto equivalente a RD$ 118, 064,433.05 solo en gastos de “Servicios personales”.  Y uno se pregunta,  ¿en cabeza de quien puede caber que esto se haga, sin que tenga consecuencias futuras?, ¿cómo dilapidar así, el dinero de un pueblo empobrecido que hoy gime de dolor y de desesperanza?,  ¿de qué transparencia es que habla el presente gobierno?

¿Cómo explicar al pueblo, que el  Despacho de la Primera Dama” “reporte”, que los gastos en materiales y suministros de su despacho se han multiplicado 27 veces desde el año 2004?

¿Cómo explicar al pueblo, que ése despacho informe que ha gastado cada mes, un promedio de RD $2, 925,769.09 pesos en combustibles y lubricantes, mientras en los hospitales públicos paren dos y tres mujeres hijas del pueblo, en una sola cama?

¿Cómo explicar al pueblo, que en el año 2004,   el presupuesto para el gasto de la oficina de la esposa del Presidente de la República alcanzara a penas  RD$ 72, 261,178.06, y que el Despacho  de la actual esposa del Presidente Fernández, reportara a noviembre del año 2010, gastos equivalentes a RD$ 764,529,716.88?    Es decir, 10.6 veces más en tan solo 6 años.  Y uno se pregunta, ¿En qué país es que vivimos?   ¿No dice el gobierno que no entrega a educación lo que le corresponde por Ley, dizque porque no hay dinero?  ¡Cuánta BELLEZA!

Los “PERFUMOSOS” que hoy manejan  nuestro  país, al parecer han olvidado que el poder político es siempre temporal. Que no hay plazos que no se cumplan, ni deudas que no se paguen. Que nunca ha llovido tanto, como para que no escampe, y que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.

El país está obligado a reencaminar sus pasos por senderos diferentes. El País necesita ponerse de pie, levantarse y ejercer su soberanía. El País, definitivamente necesita de una nueva clase  que lo dirija, formada por personas de honor, de dignidad y seriedad probadas, y no por gente cuyo cuestionamiento aumenta de día en día. El pueblo está harto, de más de lo mismo.

Al ejercicio impúdico del poder, hay que ponerle término. El País no puede continuar por la pendiente incierta por donde es conducido.

No podemos seguir teniendo un Congreso Nacional integrado por vasallos del Presidente. Gente sin luz propia, sin criterio de Estado, y sin ningún patriotismo. Gente que solo está pensado en su bienestar particular, y en la acumulación de riqueza fácil, mientras nuestro pueblo marcha en retroceso.

Llegó el momento de la “REVOLUCION CIUDADANA de la República Dominicana”, donde el pueblo organizado, debe iniciar la marcha hacia la construcción de un promisorio destino.

 Crear felicidad y prosperidad para nuestro pueblo, ¡es tarea de todos!

 

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