Juventud Dominicana sin esperanzas

Por  Lic. Giovanni Morillo.

El autor es abogado y comunicador

 

En estos días celebramos el día nacional de la juventud, dicha fecha debe ponernos a reflexionar  con relación a la realidad que están viviendo los jóvenes en la República Dominicana en el día de  hoy.

 

Muchos jóvenes carecen de  interés para dedicarse al estudio, por consiguiente, la visión de poca esperanza y sobre todo la falta de políticas públicas a favor de la población  más amada y protegida por el gran sacerdote italiano  Juan Melchor Bosco Occhiena , mejor conocido como Don Bosco  o  San Juan Bosco, quien debe estar consternado en los cielos por el abandono en que están sumergidos los jóvenes dominicanos en la actualidad.

 

En estos días ,con mucha tristeza encuentro a un joven ,que acostumbraba lavarme el vehículo, involucrado en un robo, estos hechos hacen que uno pierda la esperanza de cambio en nuestra sociedad.   Pero en  verdad la  vida se nutre de realidades.

 

Sin temor a equivocarme puedo afirmar que  esa es la triste realidad que se  vive hoy en la patria de Juan Pablo Duarte, quien se constituyó en ejemplo y guía  de la sociedad cuando asumió la  actitud  de entrega y desprendimiento al  escribirle una carta a Rosa Duarte en la cual disponía de su patrimonio a favor de la naciente república.

 

El diccionario de la Real Academia define la esperanza como la confianza de lograr una cosa y la pregunta que nos hacemos ¿qué hemos logrado?: ¿el aumento alarmante de jóvenes involucrados en  hechos de sangre?, ¿jovencitas con apenas trece años salir embarazadas?, ¿ jóvenes con luces emigrar a otros países, llevando a  la República Dominicana perderse de ese gran aporte por la poca confianza en el futuro de nuestro país?.

 

Un país que reclama educación o es que se le olvidad a muchos que fue el propio hijo de Salomé Ureña, el insigne es escritor e intelectual don  Pedro Henríquez Ureña quien expresó de manera reiterada y sostenida que con la cultura se salvan los pueblos.

 

Hoy con mucha pena suponemos que la memoria de los grandes hombres de la República Dominicana deben  estar muy  tristes, pues todo indica que al parecer sus luchas por un verdadero estado de derecho no valió la pena.

 

Aprovechamos la ocasión para hacer un llamado a fin de que nuestros jóvenes se involucren y exijan a los detentores del poder  que tienen la   obligación de apoyar al segmento comprometido con los verdaderos cambios de la sociedad. Muchas personas dicen que somos el futuro, pero en realidad somos el presente. No podemos seguir cubiertos de soledad y sin esperanza.

 

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