Un país destruído

Tras el terremoto del viernes pasado, las agencias internacionales comienzan a dar cuenta de los destrozos en Japón

 

Una doble explosión en el reactor número 3 de la central nuclear de Fukushina alimentó este lunes el temor de un desastre atómico en Japón, un país abrumado ya por un sismo y un tsunami que podrían haber dejado más de 10.000 muertos.

 

La Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central de Fukushima (250 km al nordeste de Tokio), admitió además la posibilidad de que el combustible del reactor 2 hubiese entrado en fusión a causa de una avería en el circuito de enfriamiento. El gobierno minimizó en cambio la posibilidad de que una explosión importante se produjera en ese reactor.

 

Los equipos de rescate hallaron cerca de 2.000 cadáveres en la costa de la provincia de Miyagi (noreste), en tanto que millones de japoneses trataban de sobrevivir sin agua, electricidad, combustible o comida suficiente y centenares de miles más estaban obligados a alojarse en centros de emergencia a causa del tsunami que barrió con sus viviendas.

 

Los desastres naturales también asestaron un duro golpe a la tercera economía mundial, que se quedó sin electricidad suficiente para hacer funcionar sus fábricas. Un viento de pánico sopló sobre la Bolsa de Tokio, que cayó este lunes más de 6% a raíz de un movimiento de ventas precipitadas de acciones.

 

Socorristas de todo el mundo llegaban al archipiélago para colaborar con más de 100.000 soldados que tratan de prestar asistencia en un país que sigue sacudido por las réplicas del terremoto y en permanente sobresalto por las falsas alarmas de nuevos tsunamis.

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