Perder no es de perdedores

Un repaso por la historia de personajes de éxito que experimentaron el fracaso con todas las consecuencias, hasta la de no rendirse jamás.

Ing. Miguel Vargas Maldonado
Ing. Miguel Vargas Maldonado

Por Cintia G. Miranda


La crisis persistente que soporta España de un tiempo pertinaz a éste, ha cimentado una sociedad de personas incapaces de alcanzar con facilidad todas sus metas.


Esta in-facilidad que no in-felicidad ha desembocado en una debacle de lo factible, amén de en un renacimiento de lo inalcanzable. ¿Pero cuándo se convierte esta dificultad en fracaso?


Mientras discurría dicha crisis, un país al completo ha sido testigo o partícipe de las pérdidas ajenas o propias. Pero no siempre lo ha percibido de una manera constructiva. Y aunque de nada sirve preguntarnos si han faltado estudios revelevantes al respecto, quizás un paseo por la biografía de personajes de renombre sí nos ayude a perderle miedo al fracaso como fenómeno eventual.


Biografía e Historia


Si nos sentimos huérfanos de consuelo ante nuestras pérdidas los siguientes ejemplos nos mostrarán sin el menor vestigio de duda que perder y no sólo una vez, no significa ser un perdedor.


El desempleo forzoso o la pérdida cotidiana no convierten al individuo en un apóstrofe de lo que fue. La sobrevaloración del éxito o la mitificación de éste como fenómeno no se corresponden con la biografía del fracaso heráldico.


Premio Pulitzer


A saber. Existió un hombre llamado John Kennedy Toole. Como características más reconocibles, el señor tuvo una aflicción constante y un irreprochable uso de un léxico multimillonario. Se suicidó en 1969 a los 31 años de edad tras el infructuoso intento de publicar su novela que consideraba una obra maestra.

 

El fracaso no superado y que le condujo a una depresión irreversible empapada en alcohol, se convirtió en tragedia (especialmente para el editor autocrático que le negó la gloria) en 1981. Ese año fue galardonado con el Premio Pulitzer de ficción, tras años de constante entrega por parte de su madre para que la “La conjura de los necios” se publicase, cosa que logró en 1980.


Fracaso de Disney


Fracaso fue también el de Walt Disney ante el que evidentemente jamás se detuvo, quien además, sólo cursó un año de secundaria. Fue despedido del diario Kansas City Star por “falta de creatividad”. Años después compraría la ABC, propietaria del periódico. El mismo que dijo, “para crear lo fantástico, primero debemos entender lo real”.


Mujer con problemas


Y una historia con arrugas seculares, de una mujer antediluviana. Se llamaba Agnódice, o eso dice la historia. Adolescente de la Grecia del siglo III A.C., perteneció a la clase media- alta de una Atenas masculina y censora del ejercicio profesional femenino.


Cansada de observar como sus coterráneas parturientas o sus bebés morían continuamente por pudor a que las atendiera un médico hombre, Agnódice se cortó la melena, acuñó pantalones y partió a la prestigiosa Escuela de Medicina y Obstetricia de Alejandría. Regresó como médico (y primera ginecóloga de la historia) y tal creció su popularidad profesional, que los ginecólogos urdieron un complot por el que la acusaron de violador.


Desnuda ante un Tribunal de Ancianos, expuso lo absurdo de la inculpación. Fue condenada a muerte por la ley que sí había violado, pero la unísona manifestación popular femenina evitó el fatal desenlace, a la par que ella lograba que Atenas derogara la patriarcal ley.


Love me do, Han Solo


Todos conocen los rechazos a The Beatles por sonar lineal y anticuado, a Fred Astaire porque “No sabe cantar. No sabe actuar. Con entradas. Sabe bailar un poco” según informe de su prueba cinematográfica en RKO pictures, a Einstein por ser un mal estudiante que no iba a llegar a ninguna parte, a Harrison Ford que tras probar suerte en el cine y fracasar inicialmente se convirtió en carpintero de, entre otros, George Lucas con archiconocido final.


La pérdida está etimológicamente definida como la carencia o privación de lo que se poseía. Pero, ¿qué poseemos?

 

Apple y Jobs


Si estos datos evidencian que un trabajo no, eso a la esdrújula debió pensar Steve Jobs cuando el que había sido su apadrinado para ocupar el cargo de presidente, John Sculley le cesó como gestor de Apple en 1985, respaldado por la Junta Directiva de la compañía que el propio Jobs había fundado 9 años atrás. Le desterraron a trabajos menores y a una zona del campus Apple conocida como Siberia.


Esta lucha de poder perdida fue la que condujo a Jobs a crear una nueva compañía, Next Inc. Ésta logró crear lo que Apple no podía, un innovador sistema operativo llamado Nextstep que condujo a la compañía Next a fusionarse con Apple. Era el software base del sistema operativo Mac Os X. Steve Jobs volvió a ser director ejecutivo de la compañía en 1997. Hasta 2011.


Por cierto que Jobs aprovechó el mal momento para comprar una pequeña compañía llamada The Grafics Group que fundó como Pixar. Sí. La responsable de producciones como Toy Story, Buscando a Nemo, Wall-E o Up, entre otras. Sí. Acuerdos con Disney.


Los ganadores


Si perder es un evento, un fenómeno, el sujeto consolidado que es la persona puede ser perdedor eventualmente o puede no serlo, dice la Historia.

Afirmar de cualquiera que es un perdedor, o siquiera pensarlo puede resultar arriesgado, ya que todos podemos ser objeto de experimentar la pérdida o elevar el éxito, según avalan estos datos.


Porque el ser humano está expuesto e invitado de manera tácita a todo tipo de fenómenos, incluso cuando el fenómeno es el propio ser humano.


http://www.suite101.net/content/perder-no-es-de-perdedores-a42975#ixzz1H50bgx86

 

Escribir comentario

Comentarios: 0