VICEPRESIDENTE RAFAEL ALBURQUERQUE DEBE RENUNCIAR

LA REDACCION

La afirmación hecha por el Dr. Rafael Alburqueque de que renunciaria a la Vicepresidenciadela República si el presidente Hipólito mejia logra mostrar una tarjeta Solidaridad emitida en su gobierno 2000-2004 es simplemente un chantaje del eminente hombre público.

Esta actiud del Dr. Alburqurque lo sitúa en un plano muy disminuido en su carrera política y lo pone en evidencia  de que se está aprovechando de la ignoracia de mucha gente.

Todos los dominicanos sabemos que la tarjeta Solidaridad se inició como un programa de la Secretaria de Estado de Educación  bajo la dirección de la doctora Milagros Ortiz Bosch.  Este programa consistia en emitir cheques de $300.00 a madres cuyo compromiso era enviar los niños a las escuelas.

Este programa se convirtió en uno de los de mayores exitos de la gestión del presidente Hipólito Mejia y la doctora Milagros Ortiz Bosch.  Diferente al giro clientelista que tomó este programa en la presente administración, en la gestión de Doña Milagros, la preocupación fundamental de las madres era enviar sus niños a los centros educativos oficiales.  La matrícula escolar experimentó un notable crecimiento en las escuelas públicas del pais.

Sucedió que al ascender al  poder en el 2004 el presidente Leonel Fernández decidió automatizar el programa creado por doña Milagros Ortiz Bosch y rebautizarlo con el Nombre de Solidaridad.  El cambio de nombre  del programa no le quita ningún mérito al presidente Hipólito Mejia.  Es un programa de su autoria.

El hecho de que el  Dr. Rafael Alburquerque rete al ex presidente Mejia para que muestre un ejemplar de la tarjeta Solidaridad no significa que Mejia no haya sido el autor del programa.  Lo triste y lamentable sería que el vicepresidente se haya integrado a la dirección de un programa creado en la administración que le precedió y que todavia, pese a que lleva ocho años en el cargo, no se ha enterado quien fue el creador del mismo.

Asi pues que enmtendemos que lo mas sensato resultaria que el Dr. Rafael Alburquerque admita públicamente  que se equivocó, o de lo contrario que cumpla su promesa y renuncie a la Vicepresidencia de la República.