El asesinato del Teniente Coronel del Ejército , César Augusto Ubrí Boció quien prestaba servicios en la Dirección General de Control de Drogas, debe ser investigado hasta as últimas consecuencias, sin ningun tipo de prejuicio.
La sociedad dominicana está tan corroida ,que los dominicanos desde que sucede un hecho, no impòrta las caracteristicas, de una vez responsabilizan a la víctima de lo sucedido.
Recientemente una señora de ochenta y ocho años cruzaba una avenida un tanto peligrosa y un conductor desaprensivo la impactó y perdió la vida. Se acercaron algunos curiosos y se preguntaron ¿Cómo es posible que esa señora cruzara la calle sola?. Toda la culpa recayó sobre la probre anciana.
En cambio ,el conductor que guiaba el vehículo en estado de embriaguez, a nadie se le ocurrió culparlo del accidente.
Tendemos siempre a culpar a la víctima. Será porque no puede defenderse.
En el caso del oficial, Ubri Bocio, ya las malas lenguas han tejido su versión.
Acabar con la vida de un ciudadano constituye un hecho sumamente grave ,y mas de un hombre de uniforme entregado a solucionar graves problemas que enfrenta la nación.
Así pues que las autoridades se empleen a fondo y que esclarezcan este horrendo crimen que ha estremecido la sociedad dominicna.
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