TONY RAFUL ATRAPADO ENTRE PEDRO MIR Y MANUEL DEL CABRAL

Por Franklin Gutiérrez


           Cuando supeditamos nuestras acciones cotidianas a decisiones o imposiciones que trascienden lo meramente artístico y espiritual puede ocurrir que, sin advertirlo, la memoria nos traicione y, consecuentemente, nos contradigamos. Digo esto a propósito del artículo "Sobre los hombros de Manuel del Cabral", de Tony Raful, aparecido en el periódico Listín Diario el 8 de noviembre en curso.

 

          Sé que en su poemario Pájaros y horizontes sitiados (1984), Tony le dedica un poema a Del Cabral, titulado "Homenaje a Manuel del Cabral": No tenía ataúd  / y bajaron el cuerpo. / Mientras más descendía / menos se veía el azul del cielo, / las canciones, / las auroras / que llevaban cimbreadas en los ojos. / Este muerto / no iba subiendo / mientras más se hundía su ataúd. / En manos de primaveras y retoños / se diseminaba desde entonces. Pero daba por sentado que para él Pedro Mir es el más grande de nuestros poetas. 

 

          Dos hechos me llevan a ese razonamiento: Primero, la escritura del poema "Homenaje a Pedro Mir", incluido en su poemario Abril, nacen alas delante de tus ojos (1980), donde parafraseando la primera estrofa del legendario texto miriano "Hay un país en el mundo", Tony ratifica la postura de Mir en cuanto a que la única tierra que poseen los campesinos es el pedazo que le corresponde en el cementerio. 'Te equivocaste viejo bardo / hay un país en el mundo / donde los campesinos sí tienen tierra / y llevan cantando (aleluya) / sus franjas propietarias. / Siete pies de profundidad / y cuatro de longitud / han sido siempre suficientes.

 

      Segundo, las gestiones hechas por él ante el Congreso Nacional para que el autor de "Hay un país en el mundo" fuera declarado el Poeta Nacional de la República Dominicana. En efecto, el 5 de octubre de 1982 el presidente de la Cámara de Diputados, Dr. Hugo Tolentino Dipp, firmó una resolución mediante la cual se le confirió a Pedro Mir el título de Poeta de la Patria; es decir, Poeta Nacional. La petición, sometida al Congreso por el poeta y entonces diputado Tony Rafúl, reza en uno de sus considerandos: "Es un poeta dominicano en que se dan cita simultáneamente las condiciones que establecen las bases de una conciencia social latente, la defensa del destino promisorio y libre de la nación y la genuina y absoluta observancia de una poesía depurada y exquisita" 

 

          A raíz de esa decisión gubernamental muchos admiradores de Manuel del Cabral manifestaron públicamente su descontento argumentado que era él quien merecía la dicha distinción. El propio Manuel del Cabral no ocultó su indignación al ser abordado por la prensa dominicana sobre la elección de Pedro Mir: “Me parece muy bien que lo hayan nombrado Poeta Nacional de la República Dominicana, yo soy el poeta de América”, respondió tajantemente.

          Quien conoce la bibliografía pasiva del autor de Compare Mon concluirá que éste apoyó su respuesta en la fuente documental que solidificó su prestigio y fama de buen poeta hispanoamericano: la obra Cabral, un poeta de América, publicada en 1955 por el escritor y crítico argentino Manuel Ugarte. 

 

          A pocos meses de Pedro Mir cumplir tres décadas como Poeta Nacional, Tony escribe en el referido artículo lo siguiente de Del Cabral: "Cómo olvidar 'Compadre Mon', esa radiografía espiritual del ser nacional, o 'Los huéspedes metafísicos' (secretos, no metafísicos, corrijo), donde la complejidad y esencia del alma humana trilla sobre encandilados versos la música de la poesía. Cómo olvidar su canto, 'La isla ofendida', cuando no vaciló en poner su pluma en defensa de la soberanía nacional dominicana y de quienes encarnaron la dignidad de la patria.

 

          Esas cualidades que Tony ve ahora en Del Cabral son, incuestionablemente, superiores a las presentadas por él al Congreso Nacional que votó a favor de Mir. Agréguese a ello el hecho de que para 1982 las tres obra que él menciona como relevantes de Del Cabral: Compadre Mon, Los huéspedes secretos y La isla ofendida ya habían sido publicadas, la primera 40, la segunda 32 y la tercera, 20 veinte años antes.    

 

          ¿Qué sucedió, entonces, Tony. Parece que los naipes fueron barajados por groupieres del Congreso tan especializados que colocaron todas las ases a favor de Mir. Ya que fue así, y así se quedará, ¿por qué, Tony, no encabezas una campaña (me uno a ella) para que la tumba de Mir, (la de Del Cabral esta muy bien ubicada) sea colocada en un lugar donde los visitantes del Cristo Redentor puedan verla y enterarse de que en la República Dominicana hay un Poeta Nacional que situó la isla en el mismo trayecto del sol.


          De paso podría grabarse en una amplia tarja el poema "Hay un país en el mundo". Y el día del poeta hacer que las escuelas y colegios lleven a los estudiantes ante la tumba de Mir y de otras glorias nacionales allí sepultadas. Así, posiblemente, nuestra juventud comience a recobrar esos valores espirituales, morales y patrióticos que cada vez se desmoronan más.

 

          Talvez algún día Tony, hombre ecuánime y a quien estimo más allá de los menjurjes políticos, pueda desenhebrarme esa dicotomía suya.

 

 

 

 

 

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