Por: Mercedes Almonte.
Berlin, Alemania
Reflexionando en torno a todas las experiencias vividas, es bueno saber que los cambios son importantes y de hecho nos pertenecen, somos partículas vivientes de nuestro acontecer, con ellas nos forjamos metas y vamos adquiriendo conocimientos que son los que nos llevan a tomar nuestras propias decisiones.
Quizás, con la actitud que asumimos, ciertos desafíos son los que nos conducen a seguir caminos más certeros, donde como individuos entramos en el juego de permitirnos oportunidades que claramente debemos divulgar dentro y fuera de nuestro ego.
Al concluir este año, nos preparamos para despedirlo, y en unos días recibiremos un nuevo año con múltiples promesas y muy decisivo para el cambio en la República Dominicana.
El 2012, nos traerá un cambio muy necesario, que nos trazará un rumbo diferente, donde el pueblo dominicano se ha aferrado a la esperanza de poder lograr un mejor país, pero para todos, como justamente dice el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, el Ing. Hipólito Mejía.
Recibiremos este nuevo año en grande, porque somos optimistas y tenemos la certeza de que la luz de un nuevo amanecer nos despertará, dándonos, la oportunidad de que todos entraremos en una era de mayores perspectivas para la nación dominicana.
Vamos a celebrar la llegada del 2012, como el año de la esperanza, donde la niñez tenga su espacio, donde el joven pueda desarrollarse sana y exitosamente, donde las familias, sean el centro de formación esencial para obtener una mejor sociedad.
Vamos a lograr un nuevo año, donde la seguridad ciudadana nos permita retomar la confianza de volver a transitar por nuestras calles sin temor.
Pueblo dominicano, se acerca la brisa de la prosperidad donde cada uno de nosotros contribuiremos para dejar clavado en el olvido este 2011, muy funesto para la economía y la violencia contra la mujer...
Levantemos nuestra copa y brindemos por la juventud, para que vuelva a brillar y retomar el protagonismo que debe caracterizarle
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Brindemos con alegría porque en este nuevo año 2012, volveremos a reencontrarnos con la fe perdida.
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