DE CEMENTERIOS, VARONES Y TUMBAS, UN APORTE BIBLIOGRÁFICO SIN PRECEDENTES

Por Perfecto Segura

 

       Boston, EE. UU. Escribir sobre algo que nadie ha escrito es una tarea difícil y complicada, ya que ella implica investigación profunda, pasión desmedida, disciplina acorazada, conocimiento de la materia estudiada y recursos materiales para llevar a cabo la misma.

 

       Ese gran reto lo asumió Franklin Gutiérrez para producir su más reciente obra titulada "De Cementerios, Varones y Tumbas: múltiples cara de la muerte en la literatura y la cultura dominicana". Es un libro realmente curioso, intrigante, bien documentado y único en el ámbito cultural dominicano, lo cual lo convierte en un documento de consulta de primer orden y en material bibliográfico indispensable.

 

       Como ocurre en otras culturas del mundo, hablar de cementerios y muertos en la República Dominicana es incursionar en una temática rechazada por un porcentaje significativo de la población. La gente evade todo lo que esté asociado a la desaparición física. Por eso algunos allegados Gutiérrez lo acusaron de haber perdido el juicio cuando se lanzó a ese proyecto.

 

       En la realización de sus investigaciones Franklin Gutiérrez deambuló entre cementerios desorganizados, con pasillos muy estrechos e intransitables; caminó entre tumbas apiñadas y panteones descuidados; se detuvo frente a epitafios incongruentes y ortográficamente desalentadores. A parte de eso, su estilo de narrar, de contar las cosas e historiar el tema funerario dominicano invita a familiarizarnos con hechos cotidianos, como la muerte, el cual los seres humanos evadimos cada vez  que las circunstancias nos lo permite.             

 

       Leer De Cementerios, Varones y Tumbas es internarse en un mundo fuera de lo común, en una dimensión sensorial alucinante. Los personajes del capítulo titulado "De gobernantes, políticos y escritores", por ejemplo, son retratados en toda su proyección histórica y humana. Es una sección equilibrada, donde los buenos son  premiados y los malos severamente punzados con el filo cortante de la palabra.


       Pero también es una obra didáctica, armada en 10 capítulos ordenados cronológicamente para que el lector conozca detalladamente los misterios y secretos que esconden los cementerios, así como también la importancia de entender y aceptar que la muerte es un hecho ineludible para el que debemos prepararnos material y espiritualmente.

 

       Agradable a la vista es también el colorido y la calidad de las casi trescientas fotografías incluidas en el libro. En ellas los panteones y sus habitantes parecen estar situados en ciudades de vivos. Otra sección llamativa es "Epitafios en oferta" donde Gutiérrez coloca quince epitafios de su autoría, desinhibidos y atrevidos, siendo el primero de ellos el suyo y el resto para quienes querían utilizarlos siempre que se comprometan a reconocer al autor de los mismos.    

 

       De Cementerios, Varones y Tumbas es una obra de colección, tanto por la calidad de su impresión como por su contenido provocador e inusual.

 

 

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