VAYA VAYA
La sentencia del llamado Tribunal Superior Electoral que ordena que el senador de la provincia La Altagracia, Amable Aristy Castro y otros 260 dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano sean reintegrados a la organización fundada por el fenecido presidente Joaquín Balaguer constituye una muestra de que el TSE ha dado un paso hacia atrás ante las ácidas críticas que ha venido recibiedo este importante órgano judicial al servicio del expresidente Leonel Fernández Reyna.
Al llamado Tribunal Superior Electoral le llevó desde el mes de noviembre poder evacuar la sentencia que favorece a los viejos reformistas, que se aprestaban expulsar para complacer las aspiraciones del ex presidente Fernández de retornar al poder, con el respaldo de lo que representa la franquicia PRSC.
Profesionales expertos en el área, aseguran que la sentencia del TSE fue modificada a última hora. Afirman que se pretendía dejar fuera de la organización colorada al único senador realmente legítimo que representa a esa organización política.
Al variar la sentencia , Amable Aristy Castro y los demás favorecidos son los primeros beneficiarios de la crisis que atraviesa el Partido Revolucionario Dominicano, crisis agudizada por la orientación política oficialista de los integrantes de la llamada alta corte.
El sociedad dominicana a través de sus sectores más representativos debe continuar sus exigencias, para que los jueces que integran el Tribunal Superior Electoral, apeguen sus sentencias al respeto a la ley.
El país no puede darse el lujo de invertir más de 200 millones de pesos de su presupuesto, solo para complacer los deseos egocéntricos de personajes de la escena política nacional.
En la medida que los miembros de este órgano de justicia continúen fallando sentencias en una sola dirección, aumentará el creciente desprestigio de sus integrantes.
La sociedad encontrará la vía para reorientar el TSE y demandar del presidente Danilo Medina la convocatoria del Consejo Nacional de la Magistratura para remover aquellos que traicionaron la fe y esperanza que el pueblo dominicano depositó en ellos.
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