EL TRIBUNAL DEL PUEBLO

 Por Yvelisse Prats-Ramírez de Pérez


Creo en la inteligencia de los dominicanos. La conozco. Soy maestra además de política, he visto talentos como capullos nacientes abriéndose en el proceso enseñanza-aprendizaje.


Porque “creo en mi gente” como afirma el lema de una empresa nacional, a pesar de mi rabia y mi dolor ante la minoría atropellante, tengo la convicción de que mi partido superará la crisis. La percepción es un elemento nodal en política, y los dominicanos, que por inteligentes poseen agudas dotes perceptivas, van ensamblando las piezas, las letras toman sentido, se advierte quiénes son los feos de la película.


Son muy pocos los Judas internos. Monopolizaron las mentiras, las trampas pseudolegales, para hacer bulla a través de los altoparlantes del escándalo. Ha sido en vano.


La mentira sirve a veces para ganar una escaramuza, una reyerta soez; pero no alcanza la victoria definitiva. Acaba por quedar al desnudo, cuando tropieza con la contundencia de los hechos.


La gente, la inteligente, buena gente dominicana, ve con estupor y rechazo las acciones de Miguel Vargas y su pequeño grupo de facciosos: los más de mil nombres y caras desconocidas introducidos de contrabando como miembros del Comité Ejecutivo Nacional, suplantando a los legítimos, ha sido como el último timbre de alarma que despertó conciencia.


La obvia imposibilidad de que este fraude podría pasar inadvertido y que sin embargo se intentara, es un signo definitorio de que esa inteligencia que atribuyo a los dominicanos, escasea en el grupo miguelista.


El guignol montado presenta claramente la falsedad grotesca de los muñecos que se mueven colgados de los hilos que manejan detrás del telón  los OTROS. Los de FUERA.


Y la comprensión indignada ha ido creciendo, rodeando a los dirigentes y militantes del PRD, en cálido abrazo de apoyo. Porque, como dice la sabia paremiología popular, “lo demasiado hasta Dios lo ve”, esta lista adulterada, ferozmente ingenua, que excluye la historia del PRD es una burla y un escarnio a la memoria, no de nuestro partido solamente, sino de una democracia que sin el PRD no existiría. No existirá.


Los viejos y las viejas hemos contado bien a los jóvenes nuestra triste experiencia de vida en una tiranía. La pignoración del PRD persigue convertirlo en un partido bisagra gemelo del Partido Reformista, ¡Peligro! Hoy por hoy, somos el único recurso político que equilibra las fuerzas nacionales para impedir se cierre el círculo perverso de la dictadura de un partido único.


La responsabilidad culposa de los emboscados no es solo frente a nuestro partido, pues, sino ante la ciudadanía en su conjunto. Así lo siente esta, reacciona, juzga.


Nikos Poulantza, cuya obra conoce seguramente el Dr. Leonel Fernández, nos proporciona conceptualizaciones para analizar en la intentona golpista contra el PRD los síntomas de un proceso de fascistización: las medidas y formas de excepción, la distorsión entre el poder formal y el real; la ruptura del vínculo representantes-representados.


En este tránsito hacia el totalitarismo se encuentran, se alían el PLD y Miguel Vargas Maldonado. Ahí anduvieron juntos en los Tribunales haciendo travesuras que desacreditan el Poder Judicial; aplicando leyes al revés, desconociendo los Estatutos de un partido mayoritario, imponiendo normas de excepción, reñidas con la verdadera justicia. Se intenta convertir la excepción en  regla admitida: primer síntoma.


El segundo síntoma es consecuente con el primero: las sentencias del Tribunal Electoral confunden el poder formal con el real, dando ganancia de causas a quienes incumplen sus leyes internas y no lideran bases.


En cuanto al tercer síntoma, la ruptura del vínculo entre representantes y representados se manifiesta también por igual en el PLD y en Miguel Vargas: los peledeístas han dejado a un lado el lema luminoso de Juan Bosch, “servir al partido para servir al pueblo” y se sirven con cuchara grande del poder, privilegiando solo a sus dirigentes, todos  premiados, distanciándose de los demás mortales.


Miguel, por su parte, representa a unos pocos; los mismos rostros aparecen siempre en sus ruedas de prensa, escasos, pero bien amaestrados y mejor pagados.


En oficinas con lujos, en sus torres altas, los dirigentes del PLD y Miguel Vargas solo se representan a sí mismos, altaneros, aislados.


Así van perfilándose ante la inteligencia de los dominicanos: cuando en el Supermercado, en la calle, me abordan la doñita regordeta, el jovencito con acné en jeans, el señor bigotudo y enfático, tomo el pulso al repudio. Miguel, no valdrán los recursos de amparo. Aunque tus aliados te entreguen la Casa Nacional, para que pongas de nuevo cadenas, no es al PRD que mantienes prisionero. El Tribunal del Pueblo te juzga: eres tú el que está preso. yvepra@hotmail.com 

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