¿PUEDEN NUESTROS JOVENES SOÑAR EN EL MUNDO DONDE VIVEN?

Por: Eury Solano Quiñones


La situación socio-económica mundial no se encuentra en su mejor momento y República Dominicana no escapa a esa triste realidad. Como nación estamos encumbrados en los índices menos favorables de educación,salud y alimentación, y esto sin que se avisten cambios positivos con la inmediatez necesaria para no caer en la debacle de desesperanza en la cual muchos nos hemos sumergido.


Nuestros gobiernos no nos han permitido desarrollarnos en ningún ámbito esencial para vivir en una sociedad mínimamente decente, en donde haya oportunidades para todos ,no importando su condición o clase social, y todos estos males son causados por la pobre y mala administración de los recursos del estado que no llegan adonde deben ir destinados, lo cual lamentablemente se traduce en un sistema social decadente y sin salida, en donde tenemos bajo rendimiento y mucha deserción educativa en nuestros bachilleres y estudiantes universitarios, privándolos de todo tipo de oportunidades que posibiliten su ascenso a mejores niveles de vida mediante empleos de mejor calidad y remuneración.


Tenemos un país con un gran número de jóvenes apáticos e indiferentes debido al mismo sistema nocivo que se nos ha impuesto durante tiempos inmemorables, en el que la educación brilla por su mediocridad y aquellas personas con disposición, y sueñan a pesar de las adversidades que se generan de esas mezquindades, deben hacer de tripas corazón, nada más desalentador que luchar en contra de toda una práctica tan usual y arraigada.


Un punto favorable es que todavía nuestra educación media y superior es poco costosa, además se puede elegir con gran facilidad la carrera universitaria que se desea, a diferencia de muchos países del continente, en donde privan a muchos estudiantes de estratos sociales más bajos de estudiar aquellas profesiones que anhelan. Pero por otro lado está el hecho de que cuando muchos bachilleres terminan sus pensum universitarios y quieren adentrarse en el mundo laboral, la tarea se les hace muy difícil de materializar, ya que por lo regular la mayoría de empleadores pide como requisito fundamental experiencia laboral,lo cual incrementa los registros de desempleo en un alto porcentaje. Muchos jóvenes prefieren aventurarse a realizar sus estudios en playas extranjeras en donde entienden se les dará mejores oportunidades de empleo sin el obstáculo de un currículo con destrezas previas en su haber o en el peor de los casos aceptan plazas que están divorciadas de sus carreras de origen con salarios deplorables.


A todo esto, entiendo que todavía es posible soñar en este mundo saturado de inconvenientes que sólo representan piedras en el camino para lograr nuestras metas inmediatas a largo, mediano o corto plazo.


Un mundo sin obstáculos no nos dotaría de las herramientas necesarias para explotar nuestros talentos o para convencernos de que aún con muchas adversidades adversas , las cuales debemos enfrentar, siempre con una actitud positiva podemos salir victoriosos y todo eso gracias a nuestra inmensa capacidad de querer un lugar mejor en donde poder habitar, y convertir en realidad la mejoría de nuestras condiciones de vida.


Como jóvenes que somos, no debemos dejar que nuestros sueños perezcan por ser reemplazados por sentimientos de desesperanza,desánimo y desaliento, elementos que priman en nuestra sociedad actual, dejando todo lo demás en un segundo plano.


Luchar por lo que queremos es nuestra obligación, porque no estamos condicionados para ser seres estáticos o conformistas, en situaciones poco apremiantes como en la que nos encontramos.


Nuestros deseos son ejecutables en la medida en que nuestras esperanzas no desfallezcan y desaparezcan por temor al fracaso.

Soñar es y será siempre posible porque con esmero y sacrificio esos sueños pueden llegar a ser concretizados.

 

 

 

 

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