EDITORIAL
La decisión de la jueza Ariella Cedano, de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, quien dictó este lunes tres meses de prisión como medida de coerción contra José Cruz, acusado de vender medicamentos ya vencidos con las fechas alteradas es correcta desde todos los puntos de vista.
Grave, sumamente grave la acusación que pesa sobre el dirigente del Partido Reformista Social Cristiano.
Constituye un acto malvado cambiar las etiquetas de medicinas vencidas para comercializarlos en farmacias, como si estuviesen vigente.
El país no está en condiciones de cuantificar los daños a la persona humana provocada por la venta en establecimientos farmacéuticos de estos productos alterados.
Más grave aún cuando las mismas entidades oficiales compraban al señor José Cruz, estos productos.
Reviste extraordinaria gravedad el hecho de que este señor realizaba "operativos médicos" donde obsequiaba a personas de escasos recursos la falsa medicina.
Seguro que muchos dominicanos, especialmente los llamados compatriotas del partido colorado vieron su estado de salud agravados, luego de ingerir estos productos. Una barbaridad, sencillamente una barbaridad.
El señor José Cruz debe ser llevado a los tribunales de justicia para que se defienda de estas acusaciones. De comprobarse la veracidad de las mismas debe merecer todo el peso de la ley y recibir una condena ejemplarizadora, entiéndase bien, ejemplarizadora.
Los dominicanos nos encontramos de frente a un acto vandálico que debe ser investigado con todas sus consecuencias.
Estamos completamente seguros que José Cruz disfrutó durante mucho tiempo la complicidad de las autoridades oficiales.
Que se actúe de acuerdo a lo que establece la ley,
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