FABULA DEL MAGO Y EL PRESIDENTE

De: Franklin Gutiérrez

 

Lo más parecido a un discurso de redición de cuentas anual de un presidente, es un espectáculo de magia. El presidente esconde su cuerpo detrás del pódium, mira disimuladamente a su alrededor, espera hasta que sus adeptos fijen sus ojos en él y, elevando su desinhibición hasta lo inconmensurable, suelta una ristra de hazañas y logros gubernamentales que solo tienen asidero en su cabeza. Aplausos.... Aplausos otra vez… Baja el telón.

 

El mago, por su parte, sube al escenario, coloca sus instrumentos de trabajo en lugares apropiados, muestra que las palomas y demás objetos a usar son reales, mira las caras ensimismadas de los espectadores y sumerge a éstos en un mundo ilusionista que solo él puede ofrecer. Aplausos… aplausos, más aplausos y más aplausos. Baja el telón. Pero hay una diferencia sustancial entre ambos actores: el mago está consciente de que sus trucos y artimañas solo persiguen entretener al público, y el público así lo entiende también. Pero el presidente piensa que el pueblo cree sus falacias, está seguro de ello. Por eso repite el mismo cuento cada año. Cero aplausos.

 

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