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EDITORIAL
Verdaderamente contundente. No hay nada que agregar a los pronunciamientos emitidos por la Conferencia del Episcopado Dominicano, quien deploró este miércoles, “la violencia y la desigualdad institucionalizada” que existe en el país y que se pone de manifiesto , no obstante el llamado crecimiento económico, que ha experimentado la nación en los últimos años y el cual no ha impactado favorablemente en la disminución considerable de la pobreza en los dominicanos.
En el importante documento, se considera injusta que la pobreza en el país se mantenga en el 40 por ciento, cuando la media de Latinoamérica es de 25%. Grave, sumamente grave.
Informes del CEPAL señalan que por el contrario la indigencia ha crecido extraordinariamente.
El Episcopado se refiere a importantes debilidades como la falta de institucionalidad y transparencia en el manejo de los recursos del Estado.
Señala la forma como el gobierno hace las recaudaciones y como gasta el dinero de todos los dominicanos, esto, entre otros temas que ponen de evidencia, la crisis por la que atraviesa la patria de Juan Pablo Duarte.
Que este mensaje no permanezca en letras muertas.
Albergamos la esperanza , que esta gran preocupación de la Iglesia Católica se convierta en una luz, que nos ilumine a todos y permita que nuestros gobernantes comiencen a mostrar una verdadera preocupación por enderezar el camino.
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