LA POLITICA DOMINICANA

 

Por Giovanni Morillo


En estos momentos que los partidos políticos en la República Dominicana, están en un alto nivel de  descrédito, la pregunta que nos hacemos, donde está el problema y la respuesta la tiene el jurista santiaguense Federico C. Álvarez, que el año 1929, dictó su conferencia denominada “Ideología Política del Pueblo Dominicano”. Esta conferencia magistral explique cuales son las cualidades de nuestros actores políticos hoy en día.

 

Este abogado divide este ensayo en cuatro partes,  Influencia de las ideas en el progreso político, Periodo de las guerras civiles, estudio del régimen actual, pero la parte que mas nos impactó de dicho ensayo, es lo referente  al tema  de  los políticos.

 

Al hablar de  los políticos profesionales, el autor expresa que: “ tomando el termino político” en su expresión mas amplia, pueden distinguirse en tres categorías de políticos: lo que solo persiguen un ideal de bien público, en el cumplimiento de sus deberes cívicos o movidos quizás por una legítima aspiración, los que necesitan el incentivo de una recompensa material y que no conciben la política sino a cambio de que sus esfuerzos sean remunerados con un empleo o de cualquier otra manera, y los que incursionan en la misma  en busca de ilícitas especulaciones. A estas dos últimas categorías se les ha llamado políticos profesionales, porque hacen de la política una profesión lucrativa. Más adelante, el  Lic. Álvarez nos dice “el único ideal de los políticos profesionales ha constituido en alcanzar la posición que represente lo mas altos sueldos o que ofrezcan las mejores oportunidades para enriquecerse rápidamente, por toda clase de maniobras, a expensas del erario nacional. En el antiguo régimen se agrupaban alrededor del jefe militar, que mayor oportunidad tuvieran de llegar al poder. Hoy en día encontramos la misma finalidad, pues quieren llegar al mismo fin por caminos diferentes. Su objetivo se encamina, que en la política, como en otras muchas cosas, triunfa el más fuerte.

 

Al referirse de la responsabilidad de los no políticos, considera que “La Absoluta hegemonía de que disfrutan los políticos profesionales no podría existir sin la abstención de los no políticos, a quienes corresponde una gran responsabilidad por su pasividad e indolencia.

 

Estos señalamientos conducen a las siguientes reflexiones: Primero: El sistema político en nuestro país se mantiene incólume desde su fundación. Segundo: El único cambio que hemos tenido  es relativo a  sus actores Tercero: La realidad política de involúcrarnos todos, para tener la esperanza de producir algún cambio.


El autor es abogado y comunicador

 

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