PARA CONTRIBUIR A LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS EDUCATIVOS ES NECESARIO LA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD

 

Por: Nelly Amador

 

Las familias no pueden estar al margen ni del debate educativo ni del debate social y queremos reiterar nuestro concepto de familia que hemos compartido en reflexiones anteriores, definiéndola como el núcleo o el epicentro donde se forma la sociedad o el país. También se considera como un grupo de personas unidas por vínculos de parentesco, ya sea consanguíneo, por matrimonio o adopción que viven juntos por un período indefinido de tiempo. Constituye la unidad básica de la sociedad.

 

En nuestras escuelas los padres y las madres deben involucrarse no solo a través de las asociaciones de padres y madres, sino a través de las organizaciones naturales comunitarias para que participen en la toma de decisiones  y asuman todo lo que pasa en la escuela hoy. No puede ser solo de la escuela enfrentar el problema de la delincuencia y los embarazos de nuestras adolescentes. Creemos que si los papás y mamás se involucran y asumen su rol de orientadores, supervisores y acompañantes de sus hijos e hijas,  pueden ayudar a la escuela,  tanto en frenar y disminuir el delinquir de sus hijos como también orientar y cuidar a las niñas sobre lo que implica un embarazo para una adolescente, incluso conjuntamente con la escuela, deben incluirse mediante charlas, conferencias, la educación sexual. Hablarles a los adolescentes de cómo evitar los embarazos así como también resaltarles los valores morales y éticos y a qué edad está la mujer en condición para tener relaciones sexuales.

 

Lo mismo pasa con la delincuencia que no solo tiene que enfrentarla la escuela, los padres y madres tienen que jugar su rol, apoyar a los maestros y directores de los centros, no permitiendo las libertades con que se manejan los jóvenes hoy. En muchas ocasiones de irrespeto y hasta agresiones a los maestros, lo cual disminuye el liderazgo de la escuela sobre la comunidad.

 

Entendemos que el Ministerio debe tener en los centros de educativos unidades de orientadores, trabajadores comunitarios, para que apoyen la gestión de centro. De igual forma, el Ministerio debe reconocer y revalorizar el rol de las asociaciones de padres y madres, enmarcado en la concepción que se tiene sobre la participación comunitaria, vista como una actividad organizada por parte de un grupo con el objetivo de expresar necesidades o demandas, de defender intereses comunes, de alcanzar determinados objetivos económicos, sociales o políticos o de influir de manera directa en los poderes políticos y en las tomas de decisiones.

Es tiempo de incentivar esa participación comunitaria de cara la calidad educativa para el desarrollo social  a que aspira nuestro país.

 

La autora es Educadora y fundadora de la ADP.

 

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