APRENDAMOS A LEER, ¡POR QUE OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE!  

 Por:Nelly Amador


Si le preguntáramos a un adolescente, cuántas horas pasa en el día en Internet, en especial en las Redes Sociales, nos sorprenderíamos. Y si le preguntáramos cuántos libros ha leído en lo que va del año, también nos sorprenderíamos.


Seguramente ha pasado la mitad del día socializándose en su ordenador, pero difícilmente haya llegado a terminar una novela  desde enero del 2014  hasta el momento. O en toda su vida.


Sin embargo, tal vez nunca ha sido tan importante saber leer y comprender lo que se lee como en esta época; en la cual la información fluye rápidamente y exige una comprensión  casi inmediata.


Quien no sabe hoy analizar un texto, difícilmente podrá hacer una buena utilización de las nuevas tecnologías, en lo que comprende a un uso racional y coherente de las mismas. 


Consideramos de prioridad comenzar a hablarles a nuestros niños y jóvenes sobre la lectura y no asumir el discurso de que todo está en la tecnología pues estas dos cosas no deben estar en contraposición. Parafraseando a lo que escribió hace unos meses el poeta Mateo Morrison, de que él no es atrasado, que ama la tecnología pero con los libros en físico, para manosearlos, leerlos y comprenderlos, criterios que compartimos ampliamente. Pues los maestros y los padres deben hacer que sus alumnos y sus hijos lean, no importa  que sean libros de cuentos, literatura, historia, de textos… por esto les cuento una experiencia personal, y es que mis tres hijos los considero como los jóvenes con un mayor grado de lectura de su época, pues en mi casa había que leer un libro semanal y comentarlo, y esto lo hicimos durante varios años, que abarcó la educación primaria de ellos y luego continuaron leyendo de una forma entusiasta y acelerada y estoy segura que esto ha influido en los resultados finales, que son excelentes profesionales, aunque en áreas distintas, medicina, ingeniería y economía. También exhorto a los maestros a que promuevan la literatura infantil, asignando textos por grados a sus alumnos, de igual manera a los adolescentes y que hagan tertulias e informes de lecturas de cuentos y poesías, implementando esto brillantemente en la nueva tendencia de tanda extendida.


Saber leer es saber comprender y es aquí donde radica la importancia del lenguaje que  se valora cada vez más en las sociedades modernas. Esto se debe a que no solo define al ser humano, sino que también  facilita y perfecciona las relaciones humanas  en sí y con el contexto que a éstas rodeanL a lectura es el verdadero  camino hacia el conocimiento y la libertad, ya que nos permite viajar por los caminos del tiempo y el espacio, así como también conocer y comprender las diferentes sociedades y sus culturas. En los niños, la lectura no solo divierte y desarrolla su vocabulario, sino que incentiva su imaginación, aumenta el conocimiento  académico y de la vida diaria, y les facilita la interacción con los demás integrantes de la sociedad.


Es oportuna esta reflexión para felicitar a la amiga y educadora Margarita Luciano, quien es una brillante escritora de literatura infantil, y que en la recién pasada feria del libro publicó obras muy importantes como “El Carrito Trepador”, “De Ronda por mi país” y que esperamos los padres y maestros puedan comentar dichas obras para enriquecer a los niños y estudiantes.


Cuando hablamos de los libros, hablamos también de libros de textos, que el estado debe cumplir con entregárselos a cada niño, no 4 ó 5 libros por grado. Esta política debe estar combinada con la petición de que cada año los padres tengan la responsabilidad de devolver los libros que utilizaron sus hijos y que servirán para los nuevos estudiantes y que la escuela tenga una unidad de reparación de libros y que se dé un uso más adecuado a los mismos, que no pase lo que sucede todos los años, anunciando la entrega de libros en las escuelas y que a veces son de contenidos que nada tienen que ver con las asignaturas pertinentes. Es necesario tomar esto con mucha seriedad y que en las escuelas se disponga de los libros de texto, las computadoras y demás herramientas tecnológicas.


Me inclino por la lectura, porque resulta agradable leer e interpretar obras que son perennes en la historia de la humanidad. Quién podrá olvidar los contenidos y mensajes positivos de obras como: Juan Salvador Gaviota, El Principito, Alicia en el país de las Maravillas, La Sangre, Over, Cien Años de Soledad, El Masacre se pasa a Pie, Cosas Añejas,  Cómo ganar Amigos, Las Venas Abiertas de América Latina, Los de Abajo, Hay un País en el Mundo, El Amor en tiempo de Cólera, Los Miserables, Composición Social Dominicana, Compadre Mon, El Diario de Ana Frank, El Mundo de Sofía, María, entre otros.


Debemos desarrollar el gusto por la lectura, así como incentivar  a las personas que nos rodean hacia la lectura  debe ser un reto que debemos plantearnos cada uno de nosotros. Las sociedades democráticas en que vivimos exigen cada vez más ciudadanos pensantes y libres de ideas arcaicas y peligrosas que podrían perjudicar su buen funcionamiento.Debemos hacer de la lectura un hábito permanente, convertir el acto de leer en un momento placentero, gratificante y compartido. Indiscutiblemente no saber  leer en la sociedad tecnologizada en que vivimos solo  puede conducirnos a una exclusión social, cultural, política y económica; o lo que es peor, a un destierro absoluto de los principales  ámbitos en que se mueven la mayoría de los miembros de  la sociedad de la que formamos parte. Si queremos ser los dueños de las Nuevas Tecnologías y no solo sus esclavos, solo nos queda un camino: Aprender a leer y a comprender aquello que hemos leído. Ese, es el principal desafío que todos tenemos actualmente.


La autora es Educadora y fundadora de la ADP.

 

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