CÓMO ENSEÑAR CON EL EJEMPLO: ¡A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO!

 

Por:Nelly Amador

 

No nos cansaremos de insistir en que el proceso de evaluación que debe asumirse en cada centro educativo, de manera especial en este final del presente año escolar, debe tomar como paradigmas todos los valores que contribuyen con nuestro desarrollo sea en el nivel personal, sea en el nivel social. Y, el espacio de la jornada escolar extendida es idóneo y oportuno para que estos propósitos formen parte esencial de la necesaria planificación que debe formularse en tales centros educativos.


Los problemas sociales que nos afectan tienen relación directa con la educación y formación que hemos recibido. No se trata de coincidencias, sino de consecuencias. Independientemente de las consecuencias atmosféricas que se derivan del llamado fenómeno  del niño, en nuestro país tenemos la impostergable tarea de enfrentar con decisión y sin dobleces, los embates de toda acción-reacción de la madre naturaleza, como resultado de todo el proceso de degradación y deterioro que los seres humanos estamos cometiendo contra ella.


En la relación y articulación operativa de los valores y las situaciones problemáticas que cotidianamente nos afectan, es importante que en cada una de nuestras escuelas examinemos cómo marcha la enseñanza y los aprendizajes con respecto a esta temática, qué tipo de información se comparte, cuáles valores esenciales forman parte de la programación que se ha asumido en cada centro, entre otros no menos importantes.


Por ejemplo, el valor que tiene que ver con la responsabilidad, en donde se tiene la oportunidad de dialogar y reflexionar sobre la economía del agua, cómo actuar para no contribuir con la contaminación ambiental, qué tipo de cuido debemos hacer con las cuencas hidrográficas, cuáles alternativas deben asumirse para enfrentar el conuquismo en zonas de alto riesgo ambiental, qué hacemos en las escuelas sino tenemos agua,  cómo mejorar el entorno de los centros educativos a partir del reciclaje, disponiendo de los instrumentos indispensables, organizando actividades relativas que disminuyen los riesgos de quienes manipulan los desechos.


Una metodología sencilla que podría adoptarse para lograr las metas anteriores, es permitir a los estudiantes que hagan investigaciones sobre la problemática descripta, que hagan ejercicios prácticos y proyectos de investigación, que permitan redimensionar el sitial que amerita la asignatura de ciencias de la naturaleza. De igual manera, que la labor social de los estudiantes sea retomada en el área de la reforestación; incentivar a los estudiantes para que participen de proyectos ecológicos como parte de un programa nacional de amor y cuido por la naturaleza, donde haya una verdadera integración y participación comunitaria, siendo la escuela el eje promotor para estas actividades y otras iniciativas por el desarrollo de la comunidad. Porque en la escuela debemos aprender haciendo, donde actúen en armonía la teoría con la práctica.-

 

La autora es Educadora y fundadora de la ADP.

 

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