MATARON AL CHINO, UN HOMBRE HONRADO, PATRIOTA Y BUENO

Por: Rafael Alvarez Castillo


El pasado 30 de mayo del año 2015, “Día de la Libertad”, a las 9:05 de la mañana, enterado de que “Mataron al chino Duarte…, ayer en un atraco en la urbanización Toribio Camilo”, escribí: “Uf.

 

 ¿Hasta dónde va a llegar esta delincuencia?

 

 ¡Qué pena!, Un hombre bueno y trabajador…”

 

. Indagué sobre las circunstancias y lugar del velatorio y a las 2:30 llegué a la Funeraria Don Benigno y al preguntar a amigos y familiares, me dijeron que sólo se conoce, lo que al parecer es la versión policial, dos disparos por la espalda para quitarle la pistola, ¡Qué horror!. ¡Qué falta de amor por la vida nos golpea!.


Al entrar a la sala donde estaba el sarcófago, sus hijas me recibieron con grito de impotencia, “Hay Rafael mataron a papá, mataron su amigo”.

 

Traté de consolarla con un abrazo solidario, pero nada detiene el dolor de la partida de un ser querido, más cuando se produce de manera tan vil y cobarde. Luego, me paré frente al féretro, lo observé fijamente, lucía erguido y afable, como siempre actuó, pero ahora estaba muerto, no me podía comentar su último escrito sobre la Guerra de Abril, ni hablarme de sus hijas, Stalina y Gilcana, que fueron mis alumnas, ya no me podrá contar sus experiencias revolucionarias, ni expresarme su ánimo y disposición a combatir, arma en manos, cuando la patria lo llamara. Su cuerpo está inerte, sin vida, su espíritu, como el de Ramón Almánzar, se posará sobre el cerebro de las jóvenes generaciones, para parir lo que soñaste y por lo que luchaste chino.


¡Qué ironía nos presenta la vida! ¡Quién lo iba a creer chino!, Cómo es posible, que después de haber librado tantas batallas, desafiando todos los peligros, olvidando que la vida es única e irrepetible, y dándole primacía a la patria ofendida, hoy “Día de la Libertad”, la muerte te sorprenda indefenso, te traicione por la espalda. La delincuencia que promueven los que enfrentaste en abril del 65 y durante la intolerancia balaguerista de los doce años te sorprenda de manera inesperada. Ellos te negaron la libertad de “ranearte” (como diría tu líder histórico) sobre el pavimento, desenfundar tu arma y defender con el arrojo, la valentía y el coraje que demostraste en los dias gloriosos de la ciudad que hizo inmenso y eterno, al digno coronel, tu derecho a seguir existiendo.


Durante el mes de mayo, viajando hacia la ciudad de Santiago, por razones de salud, en varias ocasiones he hecho mención de tu nombre con la compañera y apreciada amiga María Filomena Bello, quien me dijo que era prima de tu esposa. No asistí a los actos de abril y me perdí de tu siempre afectuoso saludo. A quienes creemos en la justicia social con equidad, la democracia real y la soberanía nacional, nos alimenta la comunicación y el recuerdo de los hombres y mujeres honrados/as de este “lar insular”, en que un grupo minoritario, utiliza la mayoría para actos indignos y negadores de los principios que defendiste con coherencia y gallardía ciudadana.


Sí, mi amigo chino, te vas en un momento crucial de la vida institucional del país, no podrás comentar los desafueros constitucionales de los poderosos. Te perdimos, víctima de la inseguridad que quieren ocultar los que se han hecho dueño del territorio que Duarte nos legó, de los que prefieren la incertidumbre a ceder un poco del pastel estatal, de los que le niegan un salario de sobrevivencia a los trabajadores, de los que entregan el patrimonio nacional a comerciantes extranjeros, de los que se enriquecen sin escrúpulo y garantizan su impunidad en las altas cortes. A ellos sólo le interesa robarse lo que le hace falta a la educación, a la salud, al deporte y la cultura, en fin, de los que han olvidados su responsabilidad frente a la garantía de paz, protección familiar y alegría de los que sufren, como si el dolor fuera eterno.


Tu fusil verbal, ya no podrá seguir disparando las ráfagas de sentimiento patrio, la vida honrada y el apego a los principios que te adornaron, no podremos leer tus cuartillas sobre la coyuntura de abril, siempre tratando de elevar las esperanzas en un presente y futuro mejor para todos/as. Ya no te veré en los actos patrio retroalimentando nuestros sentimientos dominicanita, pero se equivocaron tus asesinos, tu ejemplo de honradez, coherencia y patriotismo, renacerá en los miles de jóvenes que están llamado a empuñar el espíritu libertario que nos han legados ancestrales generaciones y a la que tu práctica se adhirió sin esperar recompensa.


Esperamos que el ministerio público de esta jurisdicción y su auxiliar, la Policía Nacional, realicen con el mayor rigor, celeridad, eficacia y transparencia posible, las investigaciones que permitan establecer los responsables materiales de tan horrendo crimen, de manera que él o la juez de lo penal, imponga la sanción, que por dura que sea, jamás podrá devolver el aliento, el cariño y la entrega del chino a sus familiares y amigos.


Si bien es cierto que el ser humano, no ha podido resignarse a aceptar la muerte como una posibilidad en cualquier momento del tránsito por la vida, siempre existe quien nos reconforte con palabras de consolación y aliento, como la que escribiera José Martí y que utilizo para despedir del mundo de los mortales al chino Duarte: “Cuando se muere en la patria agradecida, termina la muerte, la prisión se rompe y acaba al fin con el morir la vida”.

 


¡HASTA SIEMPRE INSPIRADOR DE JUSTAS CAUSAS!


¡PAZ A TU ALMA Y CONSOLACIÓN A TUS FAMILIARES Y AMIGOS,


CHINO DUARTE!

 

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