POR UN RUMBO EQUIVOCADO…! SIN TRANSPARENCIA Y VOLUNTAD POLITICA NO SE CONTRIBUYE A LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS DE HAITI

Por:Julio Cesar Dominguez 


El pueblo haitiano no es el culpable. Culpables son sus autoridades, quienes con su actitud irresponsable, irrespetuosa, mal intencionada, han rechazado toda clase de entendimiento para buscar una solución armoniosa, para mitigar el estado de miseria y de desorden en que viven la mayoría del pueblo haitiano.


Las autoridades haitianas muestran mayor interés en aprovechar los fórum internacionales para hacer denuncias sin fundamentos, responsabilizando al gobierno y pueblo dominicanos de sus problemas, como si nosotros fuésemos los culpables de su atraso y pobreza.


Las autoridades haitianas no tienen escrúpulos para mentir y con ello confundirlo todo para ocultar sus propósitos malsanos por su ineficiencia y desinterés en resolver el estado de pobreza y de miseria de la gran mayoría de sus conciudadanos, y en cambio beneficiar a un reducido grupo que se enriquece del caos y el desorden “organizados”.


Es incuestionable el interés del presidente Danilo Medina y todo el pueblo dominicano en ayudar a los haitianos a organizarse y enfocarse correctamente en los problemas fundamentales que les imposibilitan mayores niveles de desarrollo político y humano.


Nosotros estamos muy conscientes de que vivimos en una misma isla y sabemos que no es posible alcanzar la paz y la armonía de ambas naciones con tantas desigualdades en el orden socioeconómico, político cultural, científico, tecnológico, entre otros. Y es bueno saber que ningún país del mundo puede estar más interesado que el nuestro en que los problemas del hermano pueblo de Haití se resuelvan de la mejor manera posible para que se enrumben por el camino del desarrollo humano.


Pecan de ilusos todos aquellos que por desconocimiento o intereses inconfesos, desvían las intenciones de los propósitos que como nación hemos programado para la solidaridad y el buen entendimiento desde el marco de la convivencia pacífica con los hermanos haitianos.


Reiteramos ante los organismos nacionales e internacionales, nuestra disposición en canalizar todo tipo de colaboración solidaria y de buena fe con Haití, tal y como lo hemos venido haciendo a lo largo de la historia.


Sabemos muy bien que sólo con el diálogo franco y sincero juntos podemos hacer un diagnóstico efectivo que nos ermita identificar las causas de los verdaderos problemas que nos afectan y que mutilan la felicidad a que tenemos derecho.


La solidaridad como la participación es un valor que se construye, que se promueve, que no se impone ni por la fuerza ni por prebendas. Por eso, nadie puede imponerles a los dominicanos reglas que nos conduzcan al caos y al desorden y mucho menos que nos conduzcan al suicidio como nación.


En el más reciente caso sobre la regularización, debemos resaltar que nuestro país desde hace mucho viene luchando para saber cuántos somos, dónde estamos y cómo deseamos vivir. Hoy nos interesa saber cuántos extranjeros viven en nuestro territorio, dónde viven y sobre todo a qué se dedican. Por tal razón, no es de alarmarse cuando se aplican las leyes y sus instrumentos a tales fines.


Con estas reflexiones, pretendemos contribuir a que el proceso de trabajo y desarrollo a que hemos hecho referencia sea aplicado y esperamos que todos los haitianos y dominicanos interesados en aportar su granito de arena, puedan hacerlo con las mejores intenciones en beneficio de nuestras naciones.-


El autor es dirigente politico y deportista.

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Comentarios: 1
  • #1

    Dionisio Martinez R. (martes, 07 julio 2015 16:28)

    Es interesante la visión diferente que el sr. Dominguez tiene sobre la realidad de Haití y los esfuerzos que como nación hacemos los dominicanos en procura de continuar aportando para la sobrevivencia de los haitianos y para que logren enrumbarse por los caminos de un desarrollo sostenido y a escala humana. Por eso creemos en la necesidad de promover este tipo de debate y alcanzar otros niveles de comprensión de esta temática que tiene diferentes aristas y todas deben ser sopesadas a la hora de tomar decisiones.