LA SALUD DE LOS DOCENTES ES UN DERECHO QUE DEBEN DISFRUTAR TODA LA VIDA

REFLEXIONES

La Asociación Dominicana de Profesores –ADP—y el Instituto Nacional de Bienestar Magisterial –INABIMA--, tienen la urgencia en tomar carta y medida en defensa de los jubilados y jubiladas, en cuanto a los servicios de salud, ya sean estos jubiladas y jubilados por el Ministerio de Hacienda o los propios del INABIMA.

 

Todos y todas sabemos que después que tú te jubilas sales inmediatamente del seguro, eso les pasa a todos los trabajadores, porque los excluyen del plan contributivo. Los maestros y las maestras como nuestro seguro existe desde muchos años antes de comenzar la seguridad social, nos llenan un nuevo formulario y nos afilian mediante un plan voluntario y nos ofertan también un plan complementario. Por eso es nuestra cobertura de salud aunque no protegida por la ley de seguridad social, ya que incluirnos fue decisión de la Administradora de Riesgos de Salud –ARS SEMMA-- porque sería catastrófico tener miles de maestros jubilados quienes reciben mayores atenciones ante mayores riesgos, pero se necesita que la jubilación del maestro, el INABIMA asuma la responsabilidad de representar a los jubilados, ante el sistema del seguridad social, a los fines de que se nos incluya en las medidas que se tomen en beneficio  de los asegurados, como el caso en atención integral y aumento de los medicamentos ambulatorios, que recordamos fue una resolución del Consejo de la Seguridad Social el año pasado, en donde algunos procedimientos y medicamentos que no los cubren los seguros, aquí se les ampliaba la cobertura para que las ARS los cubriesen y aumentar los medicamentos de 3 a 8 mil pesos.

 

A pesar de tanta alharaca, solo son beneficiarios de esta decisión los afiliados del plan contributivo, o sea los empleados activos, los jubilados que somos de mayor alto riesgo estamos excluidos de estos. Y me refiero hoy a este tema y pido a la ADP y al  INABIMA que se pongan de acuerdo y busquen soluciones conjuntas a las problemáticas referidas, a partir de que una jubilada de Hacienda me llamó muy preocupada porque sufrió una caída, deben operarla y los clavos y otros materiales para tal operación le implica buscar 80 mil pesos, a parte del los pagos que se hacen en la clínica, lo cual me ha llenado de mucha preocupación, considero que aún haya que aumentar un mínimo a esto hay que buscarle una salida, a los fines de incluir a los y las jubiladas en el proceso normal.

 

La visión de nosotros cuando constituimos al INABIMA que está muy claramente establecido en la Ley de Educación 66-97, era poner a funcionar armónicamente tres patas de una mesa, pensión y jubilaciones, vivienda y seguro médico y en muchos aspectos no se percibe la armonía y unificación entre el INABIMA y el SEMMA

 

Es al INABIMA a quien le toca luchar para incluir a los jubilados y jubiladas en el SEMMA con todos los derechos, para lo cual tiene que ir a la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales –SISALRIL-- y lo segundo es resolver el problema que hay dado porque el INABIMA rompió prácticamente relaciones con el SEMMA, lo cual se expresa en la supresión del servicio odontológico, con lo cual debe beneficiar a nuestra propia ARS y no a otros, porque estos servicios se dan separados de la ARS SEMMA, y se percibe a una institución que es como si tuviese a un dueño privado y no de los maestros. Aquí  está otro rol importante que debe desempeñar nuestra ADP.

 

La sociedad debe entender que los jubilados y jubiladas son quienes más medicamentos y servicios médicos demandan, por lo que el estado debe garantizárselos y los maestros y maestras en tal sentido tenemos un instituto que debe jugar su rol.-

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