NO A LA CONTRATACIÓN DE TÉCNICOS EXTRANJEROS PARA FORMAR NUESTROS MAESTROS

Reflexiones

PERO OTRA VEZ CON ESO DE TRAER FORMADORES EXTRANJEROS PARA MAESTROS DOMINICANOS. Y HASTA CUÁNDO SERÁ EL COMPLEJO DE GUACANAGARIX

 

 

Por:Nelly Amador

 

 

No debe pasar desapercibida la información suministrada por el viceministro  de Servicios Técnicos y Pedagógicos del Ministerio de Educación, Lic. Luís Matos, en la que afirma que serán contratados personal técnico extranjero para formar a los futuros maestros-as de la República Dominicana, con el argumento de que el nivel académico que alcanzan quienes se forman en las universidades en la carrera de educación y sus mismos formadores, es muy inferior y de baja calidad.

Si se toma literalmente tal planteamiento sin que medie una reflexión y análisis desapasionado, pudiera concluirse en que las universidades dominicanas, sus escuelas de pedagogía y el personal docente que hace posible el proceso de formación, no están funcionando como debe ser y que los egresados cuando participan en los concursos para optar por los puestos de maestros y maestras, reprueban, fruto de  la mala formación que han recibido.

 

No se explica, por ejemplo, que la mayoría de los participantes en estos concursos no son estudiantes exclusivos de la carrera de pedagogía. Tampoco se especifica en esta información del señor viceministro, cuál es la nueva estrategia, el contenido curricular y la vinculación al proceso de calidad, conjuntamente con el rol de estos especialistas extranjeros, de diferentes culturas, que tendrán la misión de formar a los nuevos docentes, sin que se tomen en cuenta las propuestas institucionales y de especialistas nacionales, formados con los más altos niveles, en las que detallan metodológicamente cómo ejecutar este proceso para la formación de nuestros docentes.

 

Porque creemos que es tarea del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología la evaluación junto a las universidades y sus escuelas de pedagogía, del sistematizado proceso en la formación de nuestros docentes, determinando las reales necesidades en el marco de la calidad requerida y la asunción conjunta de las alternativas para solucionarlas. Porque la inversión del 4% en cuanto a formación no tiene que enfocarse de manera unilateral en la formación de futuros servidores, sino que, a los 70 mil que tenemos en las aulas debe beneficiarles los programas de formación y que los que sean sus sustitutos participen de esos programas que ya las instituciones de educación superior contemplan en sus programaciones curriculares y educativas.

 

Es de triste recordación lo que ocurrió con los llamados textos integrados, en los que participaron especialistas mexicanos, tergiversando y desnaturalizando los contenidos del currículo que debía impartirse en las escuelas, llegando al colmo de comparar a Juan Pablo Duarte con Barba Roja. Aberraciones como estas no deben replicarse, independientemente de que no seamos opuestos radicalmente a la participación de personal de otros países que nos colaboren, en un marco de acompañamiento y complementariedad, pero no sustituyendo a los nuestros que de manera fehaciente han demostrado en todos estos años, competencias profesionales, capacidad de entrega y abnegación sin par, en el entendido de contribuir con el desarrollo social a partir de la acción educativa.

 

Es cierto que nuestro sistema educativo adolece de un verdadero plan de desarrollo, en el cual sean planificadas las acciones pertinentes que posibiliten la preparación procesual de los maestros y maestras que están en las aulas, con programas de orden masivo, utilizando las herramientas tecnológicas que sean indispensables; contemplar la articulación de los profesionales del área para que desde las universidades se continúe aportando para los cambios necesarios e impostergables

 

 en el proceso formativo de los maestros y maestras y la voluntad política de las autoridades correspondientes en apoyar las iniciativas que se conciban al respecto, tomando como punto de referencia los aportes internos y que se complementen con los de carácter internacional.

 

Debemos seguir profundizando sobre este tema, en donde los sectores y actores involucrados expongan sus pareceres.-  

 

 

La autora es educadora y fundadora de la ADP 

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